Santiago de Chuco, Perú, 16 de Marzo de 1892 – París, Francia,
Los heraldos negros (de Los heraldos negros, 1918)
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!.
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… ¡Pobre… pobre!. Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Masa (en España, aparta de mí este cáliz, 1939)
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente,
vino hacia él un hombrey le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos repitiéronle:
“¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando “¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: “¡Quédate hermano!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos lo hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…
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XXVIII (en Trilce, 1922)
He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.
Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
de tales platos distantes esas cosas,
cuando habráse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cómo iba yo a almorzar nonada.
A la mesa de un buen amigo he almorzado
con su padre recién llegado del mundo,
con sus canas tías que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estánse en su casa. Así, ¡qué gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.
El yantar de estas mesas así, en que se prueba
amor ajeno en vez del propio amor,
torna tierra el brocado que no brinda la
MADRE,
hace golpe la dura deglución; el dulce,
hiel; aceite funéreo, el café.
Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,
y el sírvete materno no sale de la
tumba,
la cocina a oscuras, la miseria de amor.
Cesar Vallejo fue un poeta peruano, escritor, dramaturgo al igual que un periodista. El publicó solamente tres libros de poesía durante su vida, el es considerado uno de los grandes innovadores poéticos del siglo XX en cualquier idioma. En el poema “Los heraldos negros” entendi que hablaba que lo tan duro que puede ser la vida. Me dio un entendimiento que la vida no es facil para nadie y que uno debe de estar preparado para las vueltas que nos va a dar. En el poema no solo entendi que era lo que la vida nos trae pero igual entendi que avia algo religioso. El usa lo religioso al connectar lo que pasa en nuestras vidas.
Después de haber leído Los Heraldos Negros del Poeta peruano César Vallejo, me hace sentir que este poema nos habla de eso golpes y esas situaciones difíciles que en algún momento ocurren en nuestras vidas. Es decir cuando lo fatal juega su papel en algún momento de nuestra existencia en la faz de la tierra. También es importante mencionar, que este poema tiene algo de religioso ya que la voz de una manera u otra hace referencia que esos golpes que recibimos en nuestras vidas están asociados al desamor de Dios hacia nosotros. Cuando Vallejo utiliza esta frase ¡Yo no sé!. siento que la uso con el fin de mostrar que él no entiende la razón de porque esos golpes llegan a nuestras vidas, también esa frase me hacen pensar en una justificación de cuando no tenemos la mínima idea de como encontrar una respuesta a algo. El segundo cuarteto nos habla del poder que tienen estos golpes y que importa que tan fuerte seamos, los golpes son mas fuerte que nosotros y nos producen dolor ya que nos lastiman abriendo “zanjas” en nuestro ser, este dolor del que nos habla la voz se puede asociar con dolor del alma más que un dolor físico. Dentro de este poema vemos esa creencia de cuando tenemos ese destino marcado y este caso el destino de la voz no está a su favor ya que está lleno de dolor, de golpes y de caídas. Este destino también está relacionado con renunciar a la fe religiosa ya que cuando nos ocurre algún acontecimiento doloroso o fuerte es común preguntarse el porqué a mi y donde esta mi Dios, pero si tenemos fe en él sabremos que todas las pruebas que recibimos es porque tenemos la fuerza y la capacidad de vencerlas. Muy buen poema la verdad que me puso a pensar bastante en las personas que defienden la fe y la religión y aquellos que no creen en ella.
César Vallejo es un escritor y poeta peruano. El nació en 1892 y era considerado uno de las personas más importantes en cuanto a la vanguardia latinoamericana de la poesía. Durante el transcurso de su vida, Vallejo sufrió los estragos de la pobreza, que talvez esto influyo en su poema “Los Heraldos Negros”.
En el poema Vallejo describe un sentimiento de tristeza, desesperación para comer, y con respecto a la pobreza. Se expresa con sensaciones de sufrimiento y dolor. Muestra en cierta partes emociones son de frustración y soledad.
El movimiento literario es el modernismo, que se caracteriza por una creatividad confusa y rebelde.
Vallejo, por su parte, es un poeta que plasmó su pensamiento como resultado de una vida de sufrimiento y compromiso social en sus escritos. Vallejo vivió su poesía en la época de una revolución esto se ve en el poema “Masa” cuando habla de muertes y dolor. Aquí el deja a un lado la métrica y la rima lo que le permite expresar su humanidad y pensamiento. y logró expresar el sentimiento humano en su poesía. Tanto dolor hizo que renegara la existencia de dios culpándolo de nuestras desgracias. Esto lo deja expresado en su poema los heraldos negros. Cuando dice “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!” expresa su ira contra dios y contra aquellos que aun buscan el perdón de dios, pues él no sabe cuánto más sufrimiento y odio tiene que haber.
Gran poeta Peruano “Cesar Vallejo”, nacido en una familia numerosa y humilde en La Libertad (Santiago de Chuco) Peru.
Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él acepto cuando era nino es por eso que existen tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros versos.
En 1912 consigue un modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios. yo creo por estas experincias vividas Cesar Vallejo plasma sus vivencias en sus poemas.
“Heraldos Negros” sin duda es anuncio de la muerte, de la oscuridad, de la soledad y la desolación. La voz poetica empieza el verso con una certeza y la termina con una duda. “Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!” .
Nosotros sabemos que todos tenemos momentos muy difíciles que parecen golpes, que duelen, lo cierto es que puede existir una fuerza o energia que es responsable de esto. pero tambien hay una gran duda, porque no se tiene respuesta, sólo una única certeza. Existen y se sienten.
“Golpes como del odio de Dios”. La voz poetica se refiere esa energia o fuerza negativa (dolor, castigo) hacia al hombre no puede venir de otro lado que no sea de Dios.