Vicente Huidobro

(Santiago, Chile, 10 de enero de 1893 – Cartagena, Chile, 2 de enero de 1948)

Nipona (de Canciones en la noche, 1913)

Ven
Flor rara
De aquel edén
Que llaman Yoshiwara.
Ven, muñequita japonesa
Que vagaremos juntos nuestro anhelo
Cabe el maravilloso estanque de turquesa
Bajo un cielo que extienda el palio de ónix de su velo.
Deja que bese
tu rostro oblicuo
Que se estremece
Por un inicuo
Brutal deseo
¡Oh! Déjame así
Mientras te veo
Como un biscuit.
Son tus ojos dos gotas ovaladas y enervantes
Es tu rostro amarillo y algo marfileño
Y tienes los encantos lancinantes
De un ficticio y raro ensueño
Mira albas y olorosas
Sobre el plaqué
Las rosas
Té.

 

Arte poética (de El espejo del agua, 1916)

Que el verso sea como una llave
que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
cuanto miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
como recuerdo en los museos;
mas no por eso tenemos menos fuerza:
el vigor verdadero
reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!
Hacedla florecer en el poema.

Sólo para vosotros
viven todas las cosas bajo el Sol.

El poeta es un pequeño Dios.

 

Fragmentos de Altazor (1931),

Canto I (1-89)

Canto VII

 

 

Scolari Vieira, Denise: “Modernismo y Vanguardia en Vicente Huidobro“.

Villarreal, Isa: “Graffiti y arte urbano: Voces de las calles latinoamericanas I