Delmira Agustini

Delmira

Montevideo, 24 de octubre de 1886 – 6 de julio de 1914.

El intruso (de El libro blanco, 1907)

Amor, la noche estaba trágica y sollozante
Cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;
Luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,
Tu forma fue una mancha de luz y de blancura.

Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;
Bebieron en mi copa tus labios de frescura,
Y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
Me encantó tu descaro y adoré tu locura.

Y hoy río si tu ríes, y canto si tú cantas;
Y si tú duermes, duermo como un perro a tus plantas!
Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;

Y tiemblo si tu mano toca la cerradura,
Y bendigo la noche sollozante y oscura
Que floreció en mi vida tu boca tempranera!

 

Las alas (de Cantos de la mañana, 1910)

Yo tenía… ¡dos alas!…
Dos alas,que del azur vivían como dos siderales
¡raíces!…
Dos alas,
con todos los milagros de la vida, la Muerte
y la ilusión. Dos alas.
fulmíneas
como el velamen de una estrella en fuga;
dos alas
como dos firmamentos
como tormentas, con calmas y con astros…

¿Te acuerdas de la gloria de mis alas?…
el áureo campaneo
del ritmo; el inefable
matiz atesorando
el Iris todo, más un Iris nuevo
ofuscante y divino.
que adorarán las plenas pupilas del futuro
(¡Las pupilas maduras a toda luz!)… el vuelo…

El vuelo ardiente, adorante y único,
que tanto tiempo atormentó los cielos,
despertó soles, bólidos, tormentas,
abrillantó los rayos y los astros;
y la amplitud: tenían
calor y sombra para todo el mundo,
y hasta incubar más allá pudieron.

Un día, raramente
desmayados a la tierra,
yo me adormí en las felpas profundas de este bosque…

¡Soñe divinas cosas!…
Una sonrisa tuya me despertó, paréceme…
¡Y no siento mis alas!
¿Mis alas?…

-Yo las vi deshacerse entre mis brazos…
¡Era como un deshielo!

 

Nocturno (de Los cálices vacíos, 1913)

Engarzado en la noche el lago de tu alma,
Diríase una tela de cristal y de calma
Tramada por las grandes arañas del desvelo.

Nata de agua lustral en vaso de alabastros;
Espejo de pureza que abrillantas los astros
Y reflejas la sima de la Vida en un cielo…

Yo soy el cisne errante de los sangrientos rastros,
Voy manchando los lagos y remontando el vuelo.

 

 

(Los tres poemas, y muchos más, se encuentran en Wikisource).

==========================================

Lectura sugerida:

Ruiz Navarro, Catalina. “Feminismos latinoamericanos: coordenadas mínimas” en horizontal.mx